Comportamiento en pista

Vamos a hablar de una milonga y de cómo se entiende que se tienen que comportar las personas en una. Ciertos códigos de conducta que se practican en una milonga pueden parecer extraños e incomprensibles, pero todos tienen su justificación. La justificación se basa en lo íntimo que es el tango a nivel de abrazo, la técnica que requiere y sobre todo en el carácter personal o social. En cuanto a esto último, hay una serie normas que debieran estar presentes en todo contacto personal o social pero que se intensifican en la milonga por el cáracter íntimo del tango, esas reglas son la amabilidad, poder leer gestos y conductas para no forzar situaciones, ser empático y no egoísta con la persona con la que quieres iniciar el baile y por supuesto con el resto de bailarines con los que se comparte la sala.

Por otro lado, queremos aclarar que existen distintos tipos de milonga (tradicionales, milongas queer, milongas “familiares”, etc…), en las que, aunque hay matices, en general los comportamientos son comunes.

Tandas

En el tango, el código establecido determina bailar la tanda completa con la persona que nos invita (cabeceando, que ya se explicará un poco más adelante qué es eso del cabeceo).

Una tanda suele constar de 3 o 4 temas seguidos, si invitamos a una persona (cabeceando), lo normal es que hagamos la tanda completa, si no es así, algo ha ido muy mal, no queda bien que te dejen en mitad de tanda. Ahí habría que pararse a ver qué ha sucedido (posiblemente algo de lo que se describirá en esta sección). Una vez que termina la tanda, suena una música en modo de cortinilla que no está relacionada con el tango, normalmente de un minuto o algo menos. Cuando suena la cortina es el momento de abandonar la pista y hacer una pausa hasta la siguiente tanda, brindando la oportunidad de invitar a otra persona. Por cortesía el líder (el que lleva) puede acompañar al follower (quien es llevado) a su sitio, este gesto se da más en milongas tradicionales.


Si estás en una milonga por primera vez, te sorprenderá que la gente se dirige a la pista y se empareja como por algún tipo de magia o telepatía, ves a personas que están solas se dirigen a la pista y coinciden en la pista con otras personas que estaban en otro punto de la sala y sin mediar palabra se abrazan y empiezan a bailar. Al principio no sabes qué esta pasando por que no ves a personas que se acerquen a otras para hacerles una invitación explícita... ¿qué está pasando?, la respuesta se llama cabeceo, y es como se hace una invitación a bailar.

El cabeceo

Para invitar a bailar a alguien, lo que se hace es mirar a la persona con la que quieres bailar, desde una distancia prudencial y buscar el contacto visual, si a esa persona le apetece bailar contigo, buscará y mantendrá el cruce de miradas. Una vez se ha establecido el contacto de miradas, uno de los dos asiente con la cabeza y el otro responde igual. Ya se ha realizado la magia, has cabeceado por primera vez. Lo siguiente que sucede generalmente es que el follower espera a que el líder (el que lleva) se acerque a la silla (asegurándose de que el líder no se ha cabeceado con la de al lado). En milongas menos tradicionales el cabeceo puede iniciarse por parte de cualquiera de los dos componentes.



Evidentemente se intenta cabecear a personas que se ven predispuestas para participar. Hay que fijarse quién está en predisposición para bailar una tanda.

La entrada en pista

En este punto ya estamos hablando de lo que es circular (como las reglas de tráfico), la pareja que recién se ha constituido se dirige a la pista, la entrada no es a lo loco, igual que al incorporarnos en una autopista atendemos al tráfico por el retrovisor y ponemos el intermitente. Aquí se hace algo parecido, el que va a hacer de líder (conduce) tiene que “poner el intermitente”:


Lo que se hace es esperar a un hueco, y si el hueco se da, buscar con el contacto visual al líder de la pareja que se acerca, si con el contacto visual te asiente con la cabeza (otro minicabeceo) él va a reducir su velocidad de crucero para que tú puedas entrar con comodidad, y ya estás dentro de la pista.

La circulación

Al igual que en la carretera, la circulación en pista tiene sus normas y reglas de tráfico, se circula en sentido antihorario y por calles, como en una pista olímpica. Evidentemente esto es una metáfora, no hay líneas pintadas en el suelo. Se forman tantas calles como lo permita el tamaño de la sala y no se invada el espacio personal de las personas que circulan por la calle paralela. Como se circula por calles y en el sentido antihorario, lo que no se hace es cambiar de carril a lo loco, ¡ni mucho menos ir marcha atrás como un kamikaze!

  

 

También se puede dar el caso de que te sientas creativo, has tenido la suerte de que has cabeceado a tu alma gemela (desde el punto de vista de la técnica) y ambos os venís arriba y lo dais todo. En ese caso si te apetece hacer filigranas (adornos, pasos y figuras muy complicadas), en lugar de hacer conducción temeraria mientras se circula, lo mejor es ubicarse en alguno de los centros (los remolinitos verdes que hay en el centro de la pista por donde casi nadie pasa. En ese lugar puedes darlo todo.


Mención especial requieren los adornos (ganchos y voleos). ¡¡¡OJO SI LA PISTA ESTÁ MUY CONCURRIDA!!! Recuerda que el tacón de un zapato puede ser un arma muy cortante y afilada. Se han dado casos que han requerido puntos de sutura. 

En este apartado hemos de mencionar el adelantamiento, maniobra excepcional que se produce cuando la pareja de delante interrumpe la circulación de la pista porque por ejemplo, en vez de avanzar ha decidido erróneamente bailar en posición estática de tal manera que produce un embotellamiento. Solo en esta circunstancia y siempre que no tengamos ninguna pareja en el lado más interior de la pista, podremos adelantar por la izquierda para superar a la pareja que interrumpe la circulación (vista líder, así este tiene visión de que estamos sobrepasándole, ¡nunca por su derecha!).


Aun así, teniendo en cuenta todo lo anterior y aplicándolo correctamente, puede darse el caso de choque e impactos. En ese caso hay que ser cortés, disculparse sutilmente con un asentimiento de cabeza entre los líderes responsables de la conducción para no interrumpir la caminada. 

Ya hemos hablado de las conductas “técnicas”, es decir conductas que implican una buena circulación y evitan impactos. Ahora hablemos de algo más social que no tiene que ver mucho con la técnica de baile y circulación en pista. La conducta y la educación, me refiero a los modales. 

Modales

Cuando se esta en una tanda, al igual que en muchos aspectos de la sociedad, también hay conductas apropiadas e inapropiadas. Una de las cosas que suele pasar es que alguna persona durante la tanda te cuenta su vida completa, hay otros momentos para esos discursos, disfruta de la música y de la tanda

Por otro lado, podemos charlar entre tango y tango, sin embargo,  para evitar embotellamientos evitaremos conversaciones largas.


La milonga es un baile social para disfrutar, por lo que no es un espacio para impartir clases. Si algo no sale bien, no pasa nada y se continúa bailando. Para experimentar, hablar de los pasos y aprender están las clases y las prácticas. (¡Únete!)

Por otro lado, también hay que ir a la milonga con cierta preparación ya que el tango requiere cierta técnica y entrenamiento. Ir a una milonga sin cierto nivel de práctica o autodisciplina, implica que puedes hacerle pasar un mal rato a la persona con la que has cabeceado esa tanda. Recuerda practicar antes de ir a una milonga. 

Química y bioquímica

Ya por último, el tango es un baile donde hay mucho contacto y un abrazo muy cerrado, las caras y cuerpos están muy cerca, por lo que es evidente cuidar ciertos aspectos de la higiene personal para evitar “olores”. Se hace mandatorio el uso de desodorantes, no sobrecargarse con perfumes muy intensos, evitar lacas fuertes para el pelo, olores a tabaco y bebidas fuertes. En ocasiones un caramelo puede hacer el abrazo más amable.

En definitiva, en una milonga es importante tener unas habilidades sociales básicas que consisten en ser empáticos/as, amables y hacer cómodo ese instante mágico que es bailar, sabiendo posicionarnos respetuosamente si no se cumple alguno de los apartados anteriores y teniendo en cuenta a nuestra pareja y el resto de compañeros de baile.


¡Gracias a todos/as por vuestra colaboración!